Rosendo Soler, director de Salesianos Alicante, charló en FISAT Te Cuenta con Cristina Martínez Ferrando, para acercarnos a la realidad social de Alicante con la que la casa salesiana se involucra y da respuesta, a través de los proyectos de la Fundación Ángel Tomás- FISAT.

Por: FISAT

Gracias a Rosendo hemos hablado del importante trabajo que se hace en los proyectos para equilibrar la balanza de las oportunidades con personas en situación de vulnerabilidad, pero también de las grandes dificultades financieras que ponen en peligro la continuidad de algunos proyectos.

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El piso Don Bosco de Alicante es un hogar de emancipación para jóvenes extutelados. Es el proyecto más veterano que surge por iniciativa de la comunidad salesiana que pone a disposición una vivienda para acoger a chicos que han estado en protección cuando eran menores. “Actualmente las plazas están completas, hay seis chicos, todos están formándose con mucha ilusión y tratando de conseguir en ese laberinto burocrático la tarjeta  de residencia o un permiso de trabajo”, explica Rosendo.

Equilibrios entre conciertos y subvenciones

El Piso Don Bosco se ha consolidado gracias a la profesionalización del recurso que actualmente gestiona FISAT. Cuenta con tres profesionales y ha pasado de estar subvencionado a estar concertado por la Generalitat Valenciana lo que le otorga una mayor estabilidad económica.

“Ya han pasado más de 40 jóvenes por el piso y estamos muy contentos. Es un proyecto de futuro que quiere sembrar en los chavales unas herramientas para que se abran al futuro”.

El modelo de concierto no es lo habitual. Actualmente sólo los pisos de emancipación y los dos centros de día con los que cuenta FISAT están concertados. Es decir, 9 de los 35 proyectos, el resto se financian mediante subvenciones públicas y alguna ayuda privada.

Es el caso del proyectos Alraso Alicante, para la acogida, convivencia e interculturalidad y el proyecto Somos Parte para la inserción sociolaboral.

Ambos dan respuesta a una realidad social de la provincia. “Alicante es puerto de inmigración. Alraso, que venía de Cartagena, se nos metió con mucha ilusión. Está creciendo y buscando nuevos apoyos. Ofrece aprendizaje del idioma, orientación, establece vínculos y relaciones entre las personas, ayuda en el papeleo. Es un trabajo muy meritorio en el que colaboran personas voluntarias, el mismo centro juvenil…”.

“Somos Parte nos ha llenado la casa de cursos muy variados.Trabajan muy bien los itinerarios formativos, desarrollan las capacidades de las personas y establecen relaciones con empresas. FISAT se va haciendo notar y va tejiendo alianzas con empresas que tienen su nombre”.

“Este proyecto en concreto ha llenado de alegría la casa porque es un trasiego constante de gente que viene a hacer cursos, a asesorarse, a hacer su seguimiento y acompañamiento y ha convertido la casa en un hormiguero de participación”.

“Los tres proyectos son distintos pero trabajan en conjunto”, resume Rosendo. “Van asentándose pero no descartamos otros proyectos como un PAE o un centro de día; la casa y la obra tienen flexibilidad y puede dar paso a otras iniciativas que serían muy necesarias en la zona”.

 

 

Por qué es importante apoyar los proyectos de tu casa salesiana

Pero en este presente y futuro es muy importante contar con el apoyo de las personas. La mejor manera de convencerse es conocer el trabajo que se hace y cómo se hace. En este sentido, Rosendo nos habla de lo que caracteriza a los proyectos sociales salesianos: “Confianza, familiaridad, la compañía, una puerta abierta, no ponemos reparos en que nadie venga. Uno cuando entra aquí nota que está en su casa”. 

Y especialmente reseñable es que “con más o menos recursos el proyecto no se cierra. Hay momentos en que se han mantenido con mínimos el Somos Parte y Alraso. Ha habido momentos muy estrechos en el piso de emancipación y se ha echado para adelante en la comunidad para que todo funcione… no los dejamos solos, pero no queremos que sea solo un recurso económico sino un recurso social que hay que mantener con todo tipo de ayuda”, subraya.

“Todo lo que se hace en FISAT no se puede pagar porque hay mucho corazón, mucha entrega, mucho voluntario, mucho momento en el que se estira el horario hasta el límite… y eso lógicamente no lo puede pagar una administración. Por otra parte, la administración llega hasta donde llega”. Por eso “tener una bolsa social que vaya manteniendo, cuidando y sintiéndose parte de FISAT nos ayudará a crecer”.

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FISAT te cuenta. Actividad para la promoción del voluntariado y el compromiso social. Desarrolla: Voluntariado y Sensibilización. Colabora la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas a través de la convocatoria del IRPF.