Garantizar los Derechos de la Infancia, especialmente de aquella que se encuentra en una situación vulnerable es el objetivo fundamental de la fundación FISAT. ¿Cuáles son los retos que nos presenta esta misión? El trabajo en red y el compromiso de toda la sociedad son esenciales para lograrlo, por este motivo las II Jornadas FISAT quisieron ser un punto de encuentro para reflexionar sobre los desafíos cruciales que afectan a niñas, niños y adolescentes.

 

Por: FISAT

 

Caixaforum València acogió el 10 de noviembre, en vísperas del Día Mundial de la Infancia, la Jornada sobre Derechos de la Infancia. Profesionales expertos de diferentes áreas de intervención con la infancia debatieron sobre la situación actual desde el punto de vista de la escuela, la educación social, la psiquiatría y la psicología.

Nuevo enfoque de Derechos

Tomas Aller, referente en la Protección de la Infancia, realizó la ponencia inaugural. Aller propuso de partida, crear un lenguaje compartido y coherente con el que compartir todo lo que se hace en relación a la protección de niños, niñas y adolescentes. “Hay demasiado ruido, demasiadas opiniones, demasiadas formas distintas de enfocar las cosas. No tiene sentido seguir construyendo, seguir avanzando en el desarrollo de sistemas, de protocolos, de actuaciones etc…si ni siquiera hemos sido capaces de ponernos de acuerdo”. Aller abogó por los espacios para pensar de forma conjunta y por la participación.

El experto propuso construir un nuevo enfoque de derechos que complemente el marco actual, partiendo del entendimiento de cuatro conceptos fundamentales sobre los que debe haber consenso: buen trato, violencia, cuidado mutuo e interés superior.

Para Aller, “el buen trato, como la caridad, empieza por uno mismo y eso es algo que también hay que trabajar”. “El buen trato se caracteriza por cómo yo ayudo a otro a alcanzar su máximo nivel de desarrollo, su máximo nivel de competencia. ¿Por qué? Porque yo hago buen trato cuando ayudo a las personas que están a mi alrededor a ser lo más autónomas posibles y a ser dueñas de su vida».

A partir del buen trato, Aller desgranó conceptos y acciones como el cuidado, el autocuidado, la necesidad de dejarse cuidar y cómo esto genera una toma de conciencia del cuidado del entorno y del entorno social.

“Estamos cada vez más solos, abandonados, pero no ha aumentado el número de trastornos”

La salud mental en el día a día

La salud mental ocupó una parte central del debate del panel de expertos.
Para Noelia Soriano, pedagoga y directora del colegio Salesianos San Antonio Abad, la clave está en la formación del profesorado y en la inclusión, “en lo que se está trabajando mucho”, puntualizó.

Alicia Talón, educadora social en el programa Infancia Orriols de FISAT, propuso cuatro claves: el trabajo en equipo; sensibilizar al propio grupo de niños y niñas para que sean capaces de entender la problemática y que te apoyen en situaciones de conflicto; el trabajo en red; y el deporte.

Raquel Aguilar, psicóloga clínica en FISAT, señaló la importancia de entender los hechos de forma global. ¿Qué ha hecho? ¿por qué lo ha hecho? y ¿cómo puedo ayudarle?

Auxi Javaloyes, psiquiatra infantil, animó a no tener miedo a la salud mental. “Retrasar esa intervención genera más tratamiento farmacológico”; y abogó por potenciar los factores protectores que pueden marcar el cambio.

Por su parte, Jaume Funes, psicólogo, experto en renovación pedagógica, reivindicó la recuperación de la idea del malestar. “La sociedad está asumiendo una idea de la salud mental biologicista. Es falso, no hay duda. Estamos cada vez más solos, abandonados, pero no ha aumentado el número de trastornos». Funes consideró que en nuestra sociedad acumulamos malestar y a veces hay tantos que nos trastornan porque no los podemos controlar.

Beatriz Cazurro, psicóloga, experta en intervención psicoterapéutica con la infancia, argumentó sobre el trauma. “La falta de cuidado es traumática de por sí. Estar en una sociedad que no entiende lo que me está pasando es un trauma”. Cazurro afirmó que no solo el maltrato proviene de los adultos, también de todo el sistema.

“Las niñas y los niños tienen mucho qué decir. Hay que escucharles”.

Apoyo institucional

La directora general de Família, Elena Albalat, apoyó la jornada de FISAT. En su intervención destacó la necesidad de crear “entornos seguros y protectores” en todos los ámbitos de la vida de los niños y niñas donde “se respeten sus derechos y se promueva un ambiente protector físico, psicológico y social”.

Albalat destacó la importancia de escuchar a los niños, niñas y adolescentes y favorecer espacios de participación infantil como los Consejos de la infancia y adolescencia, órganos consultivos y de participación. “Se ha hecho mucho, pero nos queda mucho que hacer. Y ellas y ellos tienen mucho qué decir. Hay que escucharles”.

Más de 100 alumnos y alumnas de Integración social participan en la Jornada FISAT

El futuro de la integración social presente en las jornadas FISAT
Cerca de 300 personas respondieron a la jornada de Derechos de la Infancia, una acogida que fortalece la labor de FISAT también como entidad motor del cambio.

Destacar la presencia de más de 100 alumnos y alumnas de cinco centros educativos, con ciclos de Integración Social, que participaron en la jornada.

La jornada concluyó con la actuación especial de PayaSoSpital. Sergio Claramunt, fundador de la ong, precedió a la actuación, para contar cómo nace la entidad y cómo trabajan. “Contribuimos a la misión del hospital que es cuidar a los niños, niñas y adolescentes”. Y reivindicó la importancia de seguir tratando a los niños como niños y no como personas enfermas.

Compromiso de la Fundación FISAT

“FISAT se compromete a continuar siendo una referencia en la promoción de entornos educativos como vehículo primordial para garantizar los derechos de la infancia”

Para que la educación cumpla su función como garantía de los derechos de la infancia, debe ser inclusiva, equitativa y de calidad. Todos los niños y niñas deben tener acceso a una educación de calidad, independientemente de su origen étnico, género, situación socioeconómica o capacidades. La equidad en la educación es esencial para cerrar las brechas existentes y asegurar que ningún niño o niña se quede atrás.

En este sentido, como parte de la familia salesiana e inspirada por Don Bosco, FISAT se compromete a continuar siendo una referencia en la promoción de entornos educativos como vehículo primordial para garantizar los derechos de la infancia. Un compromiso que se demuestra

en su labor educativa que, durante 15 años, ha promovido, mantenido y defendido los proyectos de apoyo educativo, centros de día y centros de acogida.

FISAT, a través de sus equipos educativos tiene la misión de seguir fomentando la participación infantil, difundiendo sus derechos, promoviendo estos derechos ante la sociedad civil y visibilizando las acciones que se llevan a cabo para proteger a la infancia más vulnerable. Y al mismo tiempo, seguir colaborando estrechamente con otras entidades del tercer sector. Esa será la única forma de que su acción tenga un efecto real en las personas con las que se trabaja.